INNOVACION, esa palabra de moda que tanto manoseamos desde la más humilde organización hasta los más altos ministerios.
Oímos hablar de muchas organizaciones que están poniendo en marcha todo tipo de "iniciativas de innovación", con la esperanza de pescar en un mar creativo y poder diferenciarse de la competencia.
Todo esto es encomiable, pero se convierte en una experiencia decepcionante en demasiadas ocasiones. Por lo general las iniciativas de innovación "suenan" bien, pero después no se traducen en resultados que satisfagan las expectativas. Las razones pueden ser muchas y variadas:
.- Ausencia de una definición clara de lo que significa en realidad la "innovación".
.- Falta de indicadores de innovación claramente definidos.
.- No tiene sentido de urgencia.
.- La alta dirección no asume plenamente el esfuerzo y reto de la innovación.
.- El equipo directivo no predica con el ejemplo.
.- No hay visiones convincentes o razones para innovar.
.- Los principales protagonistas no tienen tiempo para centrarse en la innovación.
.- Proceso de toma de decisiones difuso.
.- Falta de confianza y compromiso.
.- Pánico al riesgo.
.- Enfasis excesivo en la reducción de costes o la mejora incremental.
.- No existen programas piloto en marcha.
.- No hay ningún proceso que gestione las ideas.
.- Canales de comunicación-conversación ineficaces.
.- Poca motivación intrínseca por innovar.
.- No hay forma de celebrar victorias rápidas.
.- Reuniones mal facilitadas.
.- No hay formación para desatar la creatividad individual o del equipo.
.- Mala gestión del conocimiento.
.- Falta de trabajo en equipo y colaboración.
.- Estrategia poco clara para sostener el esfuerzo.
.- Plazos no realistas.
.- Moral baja.
.- Excesivo enfoque a lo tecnológico.
.- Sentido insuficiente de lo que los clientes realmente quieren o necesitan.
La primera es más habitual de lo que parece. A veces ya no es que no sea clara la definición, es que ni existe. Y es tan importante definir…
ResponderEliminarEste post me ha conectado directamente con mi actividad consultora, al margen de Máscaras, y tu lista podría calcarse para gran parte de los proyectos que tanto gusta llamar estratégicos.
Parte de mi trabajo es inducir a que el equipo del proyecto anticipe estos síntomas al inicio. Lo más sencillo es hacer el análisis sobre alguno que ya lleve un tiempo finalizado porque con la distancia se ve más claro. En las empresas rara vez se planifica el tiempo necesario para engrasar al equipo así que hay que hacerlo de forma rápida y no demasiado explícita, sobre todo en estos tiempos, aunque parezca una contradicción. Y cada vez se descarta más lo del proyecto piloto, es lo que hay en estos tiempos. Lo del prototipado está lejos aún.
Y aún así, lo más probable es que se repita la secuencia y su encadenamiento, que se traduce en echar balones fuera: plazos no realistas, moral baja, desenfoque del líder del proyecto… Y el problema de fondo suele venir de los indicadores. Me apasiona este tema.
Unha aperta!!
En los entornos en los que me muevo señalaría, la ausencia de una definición clara y la falta de sentido de urgencia, como dos de las más importantes de las que se derivan muchas de las demás.
ResponderEliminarCreo también que falta formación, entendimiento y visión en las personas que deben impulsar la innovación en una organización, me refiero a sus responsables y directivos. Existe el convencimiento de que la innovación va asociada exclusivamente al sector tecnológico y a las grandes corporaciones...
Hay grandes oportunidades para mejorar este ámbito en todo tipo de organizaciones-instituciones incluyendo por supuesto las Pymes.
Coincido también en que es un tema apasionante!
Muxuak!