jueves, 7 de febrero de 2013

DEFINIR LOS FRACASOS INTELIGENTES



Todos estamos de acuerdo: Necesitamos más innovación, necesitamos que las personas piensen de manera creativa, necesitamos personas emprendedoras también dentro de las organizaciones...
 
Y leemos una y otra vez que para ello es fundamental cultivar una cultura organizacional que entre otras cosas promueva que las personas vayan dando pasos y asumiendo riesgos. Pero ¿qué significa realmente asumir y tomar riesgos?
 
Los esfuerzos en innovación son peligrosos y pueden fallar por definición. El fracaso siempre escuece, así es que si todavía no hemos descubierto la manera de soportar esos escozores es difícil que podamos innovar sistemáticamente.
 
Parece interesante por tanto definir lo que es un fracaso inteligente. Todo el mundo en una organización sabe lo que significa el éxito, aumento de los ingresos, satisfacción de los clientes, disminución de costos, nuevos productos que funcionan en el mercado... pero es mucho más difícil encontrar organizaciones en las que las personas conozcan lo que es un fracaso inteligente, es decir, el tipo de error que debe ser felicitado.
 
Pueden ser proyectos pensados, planificados y trabajados que por alguna razón no funcionaron.
 
Algunas cuestiones que pueden ayudar a definir los fracasos inteligentes, para que las personas entiendan claramente la manera correcta e incorrecta de fracasar:
 
.- ¿Qué directrices, enfoques o procesos caracterizan la asunción de riesgos inteligentes?
 
.- ¿Qué ejemplos claros podemos señalar, para demostrar los fallos inteligentes?
 
A continuación y en aras a la coherencia además de los éxitos hay que recompensar los fracasos inteligentes. Este tipo de acciones envían un poderoso mensaje acerca del tipo de comportamiento que promueve la organización.
 
La entrada se apoya en estas reflexiones de Doug Sundheim.

4 comentarios:

  1. Interesante tu reflexión y el artículo que enlazas Pau. Se diría que el problema está claramente en la definición de éxito, ¿verdad? Por supuesto que la rentabilidad económica es importante para hacer un proyecto sostenible pero los casos de éxito (de cualquier tipo) se apoyan en conocimiento anterior, eso quiere decir que igual es un éxito diferido.

    Podemos cambiar un poco la perspectiva si en lugar de “felicitar” los éxitos los “disfrutamos”, y de forma compartida porque nunca son individuales. Porque felicitar (con dinero, reconocimientos o lo que sea) es un acto puntual y efímero, en cambio disfrutar encaja mejor en la perspectiva de futuro en la que cada paso, cada fase, debe ser un nuevo principio.

    Analizado en experiencia propia, nosotros el año pasado hemos tenido algunos fracasos inteligentes sin los cuales no podríamos estar dando algunos pasos que ahora van llegando de forma natural. Ni lo de ahora es un éxito ni lo de antes un fracaso, es un fluir. El éxito, como la paz, no es un destino sino un camino, aunque a veces se complique.

    Muxu haundi bat!!

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    1. Me parece importante "disfrutar" los éxitos y creo que tal y como apuntas no se suele enfocar adecuadamente en muchos casos.

      Comparto también la idea de "exito diferido", que creo que es la que se da en la mayoría de los casos.

      Añadiría en el último parrafo que el éxito es más bien el hecho de caminar, y que el camino (que es el resultado que percibe el entorno) es la resultante de las pisadas.

      Eskerrik asko Sabela eta muxu!!

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  2. Prefiero hablar de valor en vez de éxito. Aplicado a las personas y, ¿por qué no?, a los proyectos.
    El valor no conoce ni impone límites.
    Sería eso que queda al final del esfuerzo y los resultados. Eso que nos sigue hablando dentro y nos recuerda lo que hemos ido aprendiendo y nos permite saber lo que nos queda aun por aprender.

    Si fuésemos capaces de ver ese valor independiente al éxito nos regalaríamos una compensación intrínseca que nos evitaría anhelar recompensas adicionales ... Pero eso ya es otra historia.

    Muxutxuek!!

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    1. Identificar ese valor al que te refieres es la forma de concretar el aprendizaje que ha aportado una experiencia, proyecto...

      Hay que distinguir dos planos:

      El primero el referido a los individuos, que pueden percibir ese valor de manera muy diferente dependiendo de muchos factores. Es quizás el ámbito más importante en el que debieramos enfocarnos, pero es también difícil de "medir" con garantías.

      El segundo sería analizar teniendo en cuenta el contexto los indicadores que se fijaron al plantear el proyecto. Por cierto la definición correcta de esos indicadores es una de las claves de todo este embrollo.

      Eskerrik asko zure hitzengatik, ondo izan eta muxu!!

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