lunes, 11 de marzo de 2013

LA INTELIGENCIA DE LAS EMOCIONES


Repaso unos apuntes del trabajo de Salovey que define la inteligencia como, aquello que hace que uno enfoque más adecuadamente su vida, nada más y nada menos.
 
Y define cinco competencias principales:
 
1.- El conocimiento de las propias emociones. El conocimiento de uno mismo, es decir, la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento que aparece, es la piedra angular de la inteligencia emocional. O dicho de otra manera, la incapacidad de percibir nuestros verdaderos sentimientos nos dejan completamente a su merced.
 
Las personas que tiene una mayor certeza de sus emociones suelen dirigir mejor sus vidas, por ejemplo a la hora de elegir con quién compartir sus proyectos personales y profesionales.
 
2.- La capacidad de controlar las emociones. La conciencia de uno mismo es una habilidad básica que nos permite controlar nuestros sentimientos y adecuarlos al momento.

Las personas que carecen de esta habilidad tienen que batallar constantemente con  tensiones desagradables mientras que, por el contrario, quienes destacan en el ejercicio de esta capacidad se recuperan mucho más rápidamente de los reveses y contratiempos de la vida.

3.- La capacidad de motivarse uno mismo. El control de la vida emocional y su subordinación a un objetivo resulta esencial para espolear y mantener la atención, la motivación y la creatividad. El autocontrol emocional (capacidad de demorar la gratificación y sofocar la impulsividad) constituye un imponderable que subyace a todo logro.

Las personas que poseen esta habilidad suelen ser más productivas y eficaces en los proyectos que acometen.

4.- El reconocimiento de las emociones ajenas. La empatía, otra capacidad que se asienta en la conciencia emocional de uno mismo, constituye la "habilidad popular" fundamental.

Las personas empáticas suelen sintonizar con las señales sociales sutiles que indican qué necesitan o qué quieren los demás y esta capacidad las hace más aptas para el desempeño de vocaciones tales como profesiones sanitarias, docencia, ventas y dirección de equipos y organizaciones.

5.- El control de las relaciones. El arte de las relaciones se basa, en buena medida, en la habilidad para relacionarnos adecuadamente con las emociones ajenas.

Son las habilidades que subyacen a la popularidad, el liderazgo y la eficacia interpersonal.


No todas las personas manifestamos el mismo grado de pericia en cada uno de estos dominios. Hay quienes son sumamente diestros en gobernar su propia ansiedad, por ejemplo, pero en cambio, son relativamente ineptos cuando se trata de apaciguar los transtornos emocionales ajenos.

Las lagunas en la habilidad emocional pueden remediarse y, en términos generales, cada uno de estos dominios representa un conjunto de hábitos y de reacciones que, con el esfuerzo adecuado, pueden llegar a mejorarse.

 Merece la pena intentarlo!!

8 comentarios:

  1. Sin duda un aprendizaje continuo hacia la sabiduría del equilibrio que comentabas por aquí hace un tiempo. Un proceso tan imprescindible como desconcertante, pero que merece la pena :-)

    Besarkada haundi bat!

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    1. En el mundo de proyectos y equipos en los que nos toca pelear, éste es un aspecto que dejamos de lado muy a menudo. Parece que el ámbito emocional debe ir ligado al universo privado y que por tanto sobra en los círculos laborales.

      Creo que no afrontar este aspecto adecuadamente es la causa fundamental de la mayoría de los problemas que tienen las personas en las organizaciones.

      Muxu asko, Sabela!

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  2. Sin desdeñar lo importante de contemplar la inteligencia más allá del horizonte clásico del dominio de ciertos contenidos académicos, y reconociendo la clara y acertada explicación que de la inteligencia emocional haces en este post …siempre suelo leer con cautela artículos que hablan de temas como la psicología positiva o la inteligencia emocional.

    Son términos arraigados en un individualismo y una filosofía de la felicidad y el auto-control a toda costa que tan bien encaja y tan útil resulta para el engranaje de una sociedad-economía capitalista a la que nos ha tocado sobre-vivir (es curioso cómo la realidad –Bárcenas news- va llenando viejas palabras de nuevos significados).

    Mirados con determinada perspectiva, estos términos encierran cierta tiranía por no contemplar la diversidad inevitable, intrínseca y necesaria de lo humano y porque nos llevan a auto-exigirnos cuestiones que van en contra de nuestro funcionamiento como especie (no podemos olvidar a la carta nuestros recuerdos dolorosos, ni seleccionar los contenidos de nuestros pensamientos a cada instante o elegir cómo nos sentimos en cada momento; cuadra mucho más con lo humano eso de: “no quieres caldo ¿verdad?, pues toma tres tazas”) y por tanto estos conceptos contribuyen a no pocas “epidemias de frustración”.

    Bajo mi punto de vista, especial cuidado debiera ponerse a la hora de hablar de términos como control emocional. Es como una píldora que pretende “sanar”, y sin embargo tiene unos principios activos con un alto riesgo de provocar no pocos efectos secundarios. Asociar el control a las emociones, entendidos ambos según el lenguaje común – que es como inevitablemente lo entenderá la mayoría de la población-, puede ser arriesgado y hasta contraproducente. Los que trabajamos en psicología clínica conocemos el efecto paradójico que puede tener sobre nuestros pacientes el que se les plantee el control de las emociones como una necesidad para mejorar su situación o “simplemente” para ser felices; y cómo esta necesidad de control mal entendido puede crear el escenario perfecto para que salga a escena un amplio repertorio de evitación experiencial, pasando a ser así el control más parte del problema que de la solución.

    Un saludo y gracias por tus buenos artículos, que sigo desde hace tiempo.
    Buena semana!!!

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  3. No puedo más que apuntar y aprender de la reflexión que haces apuntando el peligro que tiene asociar a la ligera emoción con control.

    Acerca de sobre-vivir y sus nuevas acepciones... primero una sonrisa y después, propongo alguna otra idea: sobre-imponer, sobre-poner, sobre-saliente, sobre-abundancia, sobre-alimentar, sobre-cargar, sobre-excitar, sobre-mesa.... la verdad es que el asunto este de los nuevos significados da mucho juego!!

    Muchas gracias Manuel por tu valioso comentario y por tus visitas!

    Salud!!!

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    1. Gracias Pau,

      tras re-lectura entiendo que tu artículo se enmarca más en el contexto del liderazgo y las relaciones humanas y laborales que en asuntos clínicos. Sin embargo mi (de)formación profesional ha dado ahí un giro interesado. El contexto cambia el significado y la función de las cosas, de la forma de actuar, de las ideas,... Tal vez no estaría mal tener esto en cuenta al leer mi comentario.

      En relación al sobre-vivir y derivados, ¿qué os parece este que acabo de oir a Iñaki Gabilondo?: Sobre-se-i-miento

      Salud!!!

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    2. Tu aportación me parece muy interesante desde todos puntos de vista.

      Sobre-se-i-miento... me parece buenísimo!! Sobre-coge admirar la creatividad humana!!

      Un fuerte abrazo Manuel!

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  4. Muchísimas gracias Pau por compartir esas valiosas anotaciones/reflexiones/síntesis de tus lecturas. Voy haciéndome con un fichero muy útil y sumando a aquellos #librosquemeleí aquellos #librosquesoncomosimehubiera leído que nos vas regalando.

    Un abrazo,

    manel

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  5. Gracias a ti Manel por tus visitas y valoraciones.

    Besarkada haundi bat!!

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