LAS PERSONAS SON LO MÁS IMPORTANTE DE LAS ORGANIZACIONES.
Esta frase está de moda, es políticamente correcta y muy difícil de rebatir. Pocos directivos dejarían de suscribirla, pero los hechos son los que cuentan y es muy generalizada la sensación de que esa máxima tan elegante es una gran mentira en muchas realidades.
Lanzo algunas preguntas que desgraciadamente son hechos reales en demasiadas organizaciones:
.- ¿Por qué (a veces) suben los más incompetentes?
.- ¿ Por qué los que más aportan no son tan valorados como los más alineados?
.- ¿ Por qué hay tanto talento oculto?
.- ¿ Por qué se despilfarra talento sabiendo que una de las causas es que los jefes no son auténticos líderes?
.- ....
Aparece aquí la palabra talento, que en mi opinión se utiliza con demasiada alegría y en ocasiones con muy diferentes significados. A mi me gusta mucho esta definición:
TALENTO... ese dinamismo poderoso que sabe hacer buen uso de las capacidades, elegir bien las metas y los medios y mantener el empeño en alcanzarlas.
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