Hace ya una par de meses, con motivo de mi 45 cumpleaños, me autoregalaba un reto, correr la Maratón Internacional Martin Fiz en Vitoria -Gasteiz.
Los entrenos discurrían por buen cauce, mucha motivación y buenas sensaciones, hasta que el pasado 25 de marzo y a falta de 200 metros de concluir un entreno de 28 kms, me dió el latigazo.
Es la misma lesión que me impidió correr la pasada edición de la maratón de San Sebastian.
Ahora que se me está pasando la mala leche que siempre produce un hecho de este tipo, toca analizar qué es lo que estoy haciendo mal para que se repitan estos hechos.
Creo que la causa fundamental de estas lesiones es la falta de recuperación muscular con la que entreno después de una competición o entreno duro. El pasado 18 de marzo corrí a tope un 10.000 en Donostia y el martes 20 hice un entreno muy duro con 3 x 5000 a ritmo fuerte.
El cuerpo ya avisaba antes de la lesión, notaba la zona de los gemelos sobrecargada pero no lo quise escuchar y este no resistió...
Los entrenos discurrían por buen cauce, mucha motivación y buenas sensaciones, hasta que el pasado 25 de marzo y a falta de 200 metros de concluir un entreno de 28 kms, me dió el latigazo.
Es la misma lesión que me impidió correr la pasada edición de la maratón de San Sebastian.
Ahora que se me está pasando la mala leche que siempre produce un hecho de este tipo, toca analizar qué es lo que estoy haciendo mal para que se repitan estos hechos.
Creo que la causa fundamental de estas lesiones es la falta de recuperación muscular con la que entreno después de una competición o entreno duro. El pasado 18 de marzo corrí a tope un 10.000 en Donostia y el martes 20 hice un entreno muy duro con 3 x 5000 a ritmo fuerte.
El cuerpo ya avisaba antes de la lesión, notaba la zona de los gemelos sobrecargada pero no lo quise escuchar y este no resistió...
Tengo que admitir que me está costando asimilar que ya no puedo entrenar con tanta exigencia.
Hablamos continuamente en distintos foros de aprendizaje, de gestión de conocimiento, etc, de la importancia que tienen para que sigamos avanzando, tanto a nivel personal como a nivel profesional. ´Mi conclusión es que el que no puede aprender "Learning by doing", lo hace "Learning by breaking".
¿Y ahora qué? Ahora toca lo de siempre, reposo y curación primero y volver a empezar...
Hace unos días y de manera fortuita, mientras esperaba, tuve la oportunidad de escuchar a unos recepcionistas comentar una solución para su lista de esperas y quejarse resignadamente de que la dirección no les preguntase. Corroboraba la cacareada necesidad de preguntar y escuchar a la organización, de contar con la opinión de los maquinistas antes de empezar con la travesía o aumentar la potencia de las máquinas…es una pena que aquella solución de la recepción se perdiese en la nada, como tantas otras que están ocurriendo ahora mismo.
ResponderEliminarAl hilo de conversaciones actuales creo que más que pensar “con qué” pensamos deberíamos preguntarnos “en qué” pensamos y “liderarnos” tal y como pregonamos que se debe de hacer. A veces somos, para nosotros mismos, como aquellas direcciones que no paran de formarse y debatir sobre la mejor forma de dirigir mientras negligen a los equipos que les permiten “ser”.
Toca, como bien dices, contar con nosotros "holísticamente" a la hora de tomar decisiones, difícil sin duda ante la autocracia cerebral a la que estamos hechos…
Cuídate!
Apostilla: más que cerebral debiera haber dicho "cortical" ya que es la parte del cerebro que cobra más protagonismo y recibe un trato de favor. Personslmente reivindico el considerar lo "cerebral" incluyendo aquellas áreas también del cerebro que dialogan de manera más íntima con el resto del cuerpo. Lo dicho, cuídate!
ResponderEliminarLas actividades que nos apasionan se caracterizan por activar sobre todo las neuronas que tenemos en el aparato digestivo y corazón (lo digo en el sentido metafórico, aunque hay estudios que hablan de cosas de estas).
ResponderEliminarHay actividades que nos llevan a los límites físicos y a veces a los vitales (estoy pensando en escaladas comprometidas). Los que las hemos practicado sabemos que se viven sensaciones UNICAS, aunque poco recomendables atendiendo a la sostenibilidad y longevidad.
Las razones que nos llevan a los humanos a realizar estas "locuras", son una de las características que nos distinguen en el reino animal.
Entre otras destacaría el "ego" que es una motivación crucial que llega a ser mucho más importante para las personas que una remuneración importante, por ejemplo.
Con la edad, he aprendido a disfrutar de la actividad en tiempo real (soy dichoso mientras corro o escalo), más allá de alcanzar los objetivos o no. Esto ayuda a superar más fácilmente las situaciones negativas inesperadas.
Estoy de acuerdo en que hemos de aprender a liderarnos, escuchando a todos los componentes que nos conforman, dejando eso sí algún espación para la disrupción, la lateralidad y la locura ;-)!!
Hoy he salido a probarme un poquitito, y he vuelto contento a casa!!
Enhorabuena! :)
ResponderEliminarMe alegro de que hayas vuelto de tu paseo con buenas sensaciones. Casi estoy viendo tu sonrisita al encontrarte bien, al entrar por la puerta de casa,...
ResponderEliminarEstoy de acuerdo. Con la edad aprendemos a disfrutar de las cosas mientras ocurren, mientras hacemos que ocurran. Somos cada vez más conscientes de su valor y nos llena cada vez más disfrutar de una forma reflexiva. Tiempo para sentir.
Vivir algo como si pudiera desvanecerse mañana.
Quizá sea para recuperar aquel tiempo que vivimos deprisa. Aquel tiempo en el que vivíamos como si nada tuviera un final.
Creo que, con la edad, nos hacemos con una serie de herramientas para hacer frente a las adversidades. Una de ellas es disfrutar del camino, sentir cada paso, aunque duela, a pesar de las ampollas, aunque tengamos que parar un rato, ... Esto, seguramente, hará más grande el momento de cumbre.
Esos momentos son únicos, pero no debemos convertirlos en los únicos.
Un abrazo con ruido.
Kaixo Marta,
Eliminarquizás lo que ocurra es que con la edad compensemos la pérdida de sensaciones químico-hormónicas de la juventud, con el aporte de reflexiones que enriquecen el momento.
Creo que son herramientas defensivas de las que nos dotamos para superar con dignidad la decadencia física inevitable que nos "regala" el paso del tiempo.
Es importante por tanto, adecuar los objetivos que uno se plantea a partir de cierta edad, para que se enfoquen a lo POSIBLE y no a lo DESEABLE. (Hablo exclusivamente del ámbito físico ;-))).
Muxuat!!
Nada se puede añadir a lo dicho en el post y la conversación, lo firmo todo. Está claro que hay que escuchar al cuerpo (que a veces piensa mejor que el cerebro) para que la cabeza se enfoque correctamente en el contexto adecuado. Por otra parte, es bueno ir renovando lo “deseable” señal no sólo de madurez sino de que vamos construyendo sobre lo que ya hemos experimentado, ¿verdad?
ResponderEliminarPero, por otra parte, ¡que envidia me da tu nivel de entrenamiento!
Un abrazo fuerte!!! :)
Quizás el truco está precisamente en lo que apuntas... convertir lo "deseable" en lo "posible", con la inestimable ayuda de la experiencia.
EliminarParece fácil pero en algunos ámbitos no lo es tanto, porque no nos resignamos fácilmente a asumir algunas limitaciones a las que nos condena la edad (amiga de la experiencia pero cruel recordatorio de límites vitales).
Otro fuerte abrazo para ti, Isabel!!!