La rutina diaria de un profesor universitario se ve perturbada por la irrupción de perfectas réplicas humanas en miniatura que se mueven con soltura por el mundo de los hombres. Un día, uno de estos hombrecillos, creado a imagen y semejanza del catedrático, establece una conexión especial con él y convierte en realidad sus deseos más inconfesables. En este libro, el académico narra el último de estos encuentros secretos, que resulta también el más intenso y peligroso, pues además de averiguar dónde viven, qué costumbres tienen y cómo se reproducen estos hombrecillos, interviene en su pequeño mundo mientras la vida sin inhibiciones convierte el suyo en una verdadera pesadilla.
El argumento es una buena forma de reflexionar sobre nuestros instintos primarios y por qué no podemos dar rienda suelta a los mismos, sobre una sociedad que no nos permite dejarnos llevar por ellos y sobre la conveniencia de abandonarnos a los mismos o no. Está narrado desde una perspectiva masculina, seguramente los instintos de los que habla el autor no son del todo iguales en una mujer.
Ignacio Martínez de Pisón narra la evolución de una familia española, los descendientes del italiano Raffaela Cameroni, que luchó como voluntario en el bando franquista. Una novela interesante que muestra cómo evolucionamos a lo lagro del tiempo, cómo nuestras ilusiones se van perdiendo y nos llenamos de secretos.
Cameroni se casa con una española, a la que oculta que ya tiene mujer e hija en Italia, funda una empresa dedicada a la pasta y tiene con ella tres hijos. El problema vendrá cuando el más pequeño de ellos presente problemas y un grado menor de desarrollo que el resto.
Los secretos, las mentiras, la aceptación de las desgracias forman parte dela vida de cualquiera. Esta familia, que podría ser cualquier familia de clase media alta de la España de la posguerra, tendrá sus miserias y deberá aprender a vivir con ella.
Una cita: Lo malo de las malas personas es que nos hacen peores.
El mundo es una biografía del autor. Millás imprime su sello, hace, a su manera, que una narración autobiográfica pueda resultar tan apasionante como cualquier obra de ficción.
Los pasajes más remarcables de la obra, son los de su niñez. Son pasajes contradictorios, pues aunque la forma de ver el mundo del autor niño es de una alta creatividad, también está plagada de una falta de inocencia que sobrecoge, puesto que en todo momento es consciente de la penosa situación que le rodea.
Como de costumbre en el autor, en la obra se recurre a la metaliteratura, encontrando a lo largo de ella, además de las múltiples historias biográficas, algunos relatos externos que vienen a colación. Esto hace de su lectura un proceso casi aventurero.
Para terminar, no puedo dejar de nombrar el visturí eléctrico que tanto marca a Millás de niño, haciéndole comprender que el proceso de escritura, como ese visturí, es una manera de abrir y cauterizar la herida. Esta obra es una obra en la que la propia literatura es tan importante como cada vivencia que compone la existencia.
Mi resumen: Los bocetos trazados en la infancia son los cimientos sobre los que se asientan las acciones y obsesiones que nos acompañarán siempre.
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